Filosomática y otras disciplinas
Como toda visión compartida entre seres humanos, Filosomática® tiene una deuda de gratitud con otras corrientes de pensamiento, tanto antiguas como modernas o contemporáneas, y con diversos métodos de toma de conciencia y contacto corporal, elaborados desde una perspectiva holística.
En cuanto a las técnicas, las mayores deudas de gratitud son la del Gestalt Sensitive Massage (MSG®) de Margaret Elke -con aceite y sobre camilla- y las del Watsu® y Tantsu®, de Harold Dull respectivamente en agua a temperatura corporal y sobre el suelo. Estas tres técnicas han representado un terreno especial y fértil para la exploración y el crecimiento tanto profesional y didáctico como personal. Desde un punto de vista cronológico, fue el MSG® el que representó la gran puerta de entrada a los dones del contacto físico consciente y aún constituye la columna vertebral del «Rincón de juegos filosomático» por el refinamiento y la sofisticación técnica. Sin embargo, lejos de ser un fin en sí mismas, son capaces, por el contrario -mediante un contacto exquisito directamente sobre la piel, aunque con la mediación del aceite- de despertar la sensibilidad dormida de un cuerpo, puesto así en condiciones de recuperar sus recursos de vitalidad, de apertura al placer inocente y difuso, al sentido de paz y de integración, al sentimiento de habitar verdaderamente el propio cuerpo y, por tanto, a uno mismo.
Por otro lado, el encuentro con las posibilidades de experiencias profundas de abandono y entrega a la tierra y el agua, asociado con Tantsu® y Watsu® de Harold Dull y Waterdance® de Aman Schroter, representó el origen del estudio filosomático posterior sobre la resonancia de todos los elementos del interior de nuestro cuerpo, conducidos de manera absolutamente vivencial y no sobre la base de creencias teóricas o esotéricas. Premisa para llegar a contactar con el sentido de nuestra pertenencia como humanos al universo más amplio que nos incluye. La comunicación humana para la Filosomática se configura como una forma específica de la comunicación más amplia por contacto físico que une a todos los seres vivos, desde el nivel celular hasta el de los organismos humanos y no humanos. Esta profunda convicción ha fundamentado la vertiente transpersonal como uno de los aspectos fundantes de esta disciplina.
En un plano más específicamente teórico, la Gestalt® de F. Perls fue la fuente de inspiración original y fundamental de Miguel Ángel Bertran en la creación de la Filosomática, en particular de la apasionante transmisión que le hicieron I. Bloomberg (gestaltista de primera generación) en Italia y S. Ginger en París. Ambos admiradores del trabajo de Margaret Elke.
También son importantes las deudas filosomáticas con la psicología transpersonal y la Psicosíntesis® (R. Assagioli), pero también las resonancias provenientes de algunas concepciones de la tradición filosófica occidental (Heráclito, Diógenes de Sinope, G. Bruno, F. Nietzsche, M. Merleau- Ponty), así como conceptos de otras tradiciones
-como la Entrega del Tantra, el No Hacer del Tao (en particular como se expresa en el Tai Chi de Al Chung Liang Huang), el Amor -tal como se entiende en el Sufismo y el cristianismo primitivo y en la teología de la liberación y la atención plena (mindfulness) del budismo zen por Thich Naht Hanh.
La filosomática también siente una deuda sustancial con J. Krishnamurti -que pertenece a ambas tradiciones- especialmente por su visión de la libertad sin elección y su intuición de los dones de la atención abierta.
Hay otras referencias para la Filosomática con son las obras de autores como:
- En primer lugar, Carl Rogers, por haber concebido el Counseling como un acompañamiento a la persona,
- Marshall Rosemberg, por la comunicación no violenta, CNV, al subrayar la necesidad ineludible de deshacerse de la propia violencia que resulta de una educación competitiva y violenta.
- Eugene T. Gendlin, por su creencia, expresada en Focusing®, de que toda sabiduría proviene del cuerpo y debe encontrar su expresión verbal para tener poder transformador.
- W. Reich, J. Liss – creador de Biosistemica® – y Ron Kurtz – creador del método Hakomi® -por establecer el vínculo inseparable entre psicoterapia y trabajo corporal.
- Rebeca Wild, por mostrar con gran sabiduría la necesidad del límite para crear el espacio de seguridad que permite la libertad,
- David Abram, por comprender la deuda infinita del ser humano con el resto de la Naturaleza y mostrar con maestría el origen del lenguaje en el mundo más que humano, más allá de la ecología profunda. Y por su profundo sentimiento de que nuestra pertenencia a la Naturaleza es la parte más inmaculada y sagrada de nuestra humanidad.