
LA FILOSOMÁTICA®
La madre de toda comunicación es la corporal, descubierta por cada uno de nosotros desde el seno materno y en la percepción táctil tranquilizadora y nutritiva del cuerpo del recién nacido con el grande, acogedor y satisfactorio cuerpo de la madre. Es el lenguaje más universal que nos une a los demás seres vivos y del cual mantenemos una constante necesidad a lo largo de la vida, incluso en la vejez, cuando lamentablemente las oportunidades de contacto físico no medicalizado en general van disminuyendo. Pero es una necesidad muchas veces negada frente a nosotros mismos, evitando aceptar profundamente el valor sanador y saludable del contacto físico “piel con piel”, a pesar del reconocimiento que en ocasiones le otorga la propia ciencia médica.
La Filosomática® representa la síntesis de una vasta y experiencia de más de treinta años de Miguel Ángel Bertran -su creador- como profesional y docente en los más altos niveles de tres espléndidas técnicas de trabajo corporal holístico: Masaje Sensitivo Gestáltico -MSG® (o SGM si se usa el acrónimo en inglés), creado por Margaret Elke en la camilla de masaje -el WATSU® y el TANTSU®, diseñados respectivamente en el agua y en el suelo por Harold Dull.
La Filosomática® -en su acepción literal de «Amor al Cuerpo», derivado de la lengua griega clásica- parte precisamente de ahí, del reconocimiento y aceptación de esta innegable necesidad de ser tocados con amor y respeto, que nos une a todos y nos hace entrar en conexión profunda y comunicación no verbal cuando se da la oportunidad de contacto físico, incluso profesional, pero realizado con plena presencia, escucha profunda de uno mismo y del otro, atención abierta a lo que sucede en nosotros, en el otro y en el entorno que nos rodea. Esta actitud es el verdadero bagaje esencial, incluso en las sesiones de masaje profesional, para tocar la sacralidad del cuerpo y sin la cual la técnica, incluso la más refinada, se convierte en la aplicación mecánica a un maniquí de un protocolo de destreza sin vida.

Miguel Ángel Bertran fue alumno de ambos y fue autorizado por ellos para enseñar sus respectivas técnicas, así como para formar maestros.
De la completa diversidad de destrezas y escenarios en los que se desarrollan estas tres técnicas inspiradoras, la Filosomática ha tendido a sacar a relucir la profunda convergencia de principios -a través de la escucha profunda y la atención abierta, la conexión con la respiración, propia y del otro, y una hábil contacto corporal – en la experiencia de acompañar al Cliente/Protagonista a explorar la sorprendente sensibilidad y vitalidad de su propio cuerpo, que continuamente le ofrece recursos para su bienestar e integración psicofísica y para un profundo crecimiento de la conciencia personal.
En este sentido, cobra gran importancia la posibilidad de una restitución verbal por parte del Cliente sobre las experiencias corporales y emocionales contactadas durante una sesión de trabajo corporal filosomático en cualquier elemento (tierra, agua o camilla o, incluso, secuencialmente en los tres). como sucede en la sesión filosomática paradigmática) y devuelta al operador a través de la palabra viva del feedback en la fase final de la sesión y acogida por él como un regalo, con absoluta escucha, presencia y respeto.

En este marco, la Filosomática se posiciona como un verdadero counseling corporal y como tal está afiliada a la S.I.A.F.-Sociedad Italiana de Counseling Holístico y operadores holísticos.
Las técnicas de trabajo corporal holístico en las que se inspira y que utiliza en las sesiones son las tres principales mencionadas anteriormente, pero también otras de exploración más reciente en el llamado “Rincón de juegos filosomático”, enriquecido continuamente por la creatividad, experiencia y versatilidad de Miguel Ángel Bertran y sus profesores colaboradores. Pero mientras la Filosomática en el agua, en la tierra y en los demás escenarios del Rincón de juegos (amalena, silla, pentalfa, arquitectura humana…) adquiere formas poderosas pero esenciales, la Filosomática en la camilla, por la complejidad y sofisticación de las habilidades manuales transmitidas, representa -históricamente y aún hoy- la columna vertebral de la formación desde el punto de vista técnico en esta disciplina. La Filosomática, por tanto, lejos de agotarse en un puro aprendizaje de técnicas corporales, aunque holísticas, mantiene un alto contenido de exquisitas técnicas de masaje, con referencia sobre todo al Masaje Sensitivo Gestáltico MSG.
La Filosomática (cuyo significado literal es «amor por el Cuerpo») es un acercamiento corporal a la comunicación a través de experiencias individuales y grupales. Madurada en el colectivo de investigación fundado y dirigido por Miguel Ángel Bertran, utiliza diversos ejercicios y técnicas somáticas con una orientación holística -llamadas «Rincón de juegos»- para entrar en contacto con la vitalidad y la sabiduría inherentes al Cuerpo. Se presta especial atención a la facultad de atención y su relación con la respiración en la situación de contacto físico.
Dador, Receptor y Testigo
Durante las experiencias propuestas, se invita a encarnar las posiciones de Dador, Receptor y Testigo. La posición del Testigo está dirigida a promover una aceptación sin juicio de lo que emerge en la experiencia de la comunicación somática, dándose la oportunidad de abandonar progresivamente las propias ideas preconcebidas y permitiéndose contactar con un espacio de paz y amor incondicional.
El feedback
Al final de la experiencia compartida, la restitución verbal a través del feedback -en pareja, en trío o en grupo- permite recuperar la especificidad de la comunicación humana, es decir, su carácter verbal, pero entendido como palabra viva, expresión auténtica de experiencias, que deja huella en la memoria de las conciencias que surgieron en la experiencia del contacto corporal. Puede resultar en una ampliación de la visión de uno mismo y de la relación con lo que nos rodea.
Empoderamiento
La recuperación de la situación original de comunicación basada en el contacto físico -común a todos los seres vivos, incluidos los humanos- despierta la «inteligencia de la vida» presente en cada uno de nosotros, que nos permite contactar y compartir la esencia de lo que más profundamente nos une como humanos y nos conecta con otros seres. Se promueve la armonización con nosotros mismos, los demás y el medio ambiente.
En este sentido, es una experiencia de decrecimiento personal, ya que busca deshacerse de todo lo que no es esencial, aceptando por el contrario lo que es común en el compartir humano.
Es pues una práctica de autofortalecimiento (empoderamiento) progresivo que nos conecta con los propios recursos no reconocidos y, como camino profesionalizador, se propone como acompañamiento, fundamentalmente a través de la escucha profunda del cuerpo, tanto en el del Operador Holístico como en el del Couselor Holístico.
